martes, 5 de febrero de 2008

¡EL CAMBIO ES AHORA¡

DISCURSO PRONUNCIADO POR GUILLERMO MORENO EN LA DECIMO PRIMERA CONVENCION NACIONAL EXTRAORDINARIA DEL MOVIMIENTO INDENPENDENCIA, UNIDAD Y CAMBIO (MIUCA), EL 26 DE ENERO DE 2008.

Dr. Aulio Collado- Presidente Nacional del MIUCA;

Virtudes Álvarez y Dr. Fermín Álvarez, Copresidentes Nacionales del MIUCA;

Dr. Juan Dionisio Rodríguez, Secretario General del MIUCA;

Prof. Maria Teresa Cabrera, Miembra de la Presidencia Nacional del MIUCA y Presidenta de la Asociación Dominicana de Profesores, ADP;

Lic. Manuel Salazar, Presidente del Pleno Nacional de Dirigentes y Presidente de esta Décimo Primera Convención Extraordinaria del MIUCA.

Apreciados dirigentes y delegados nacionales, provinciales, municipales y sectoriales del Miuca.

Apreciados representantes de las organizaciones que integran la Convergencia por una Nueva Mayoría:

Juan Gómez y Secundino Palacios de la Fuerza de la Revolución;

Rafael Félix del Movimiento Autoconvocados;

Pedro Sánchez del Partido Bochista Dominicano;

José Mármol del Movimiento Respondemos.

Fidelio Despradel y Francisco Antonio Santos del Voluntariado Político Ciudadano.

Distinguidos y apreciados representantes internacionales

Sr. Federico Schafik, Diputado al Parlamento Centroamericano- PARLACEN- en representación del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional- FMLN, de El Salvador;

Sr. Miguel Mármol, del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional- FMLN;

Lic. Enilda Ginarte, del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del Partido Comunista de Cuba;

Sr. Miguel Luna, Concejal dominicano en Providence, Massachusetts, EEUU


Distinguidos y apreciados representantes del conjunto de organizaciones nacionales asi como invitados especiales.

Compañeros y compañeras, Amigos y amigas todas

Mis primeras palabras son para expresar mi gratitud sincera a todos los dirigentes y delegados/as de esta DECIMO PRIMERA CONVENCION DEL MIUCA quienes han votado a favor de esta candidatura presidencial de su organización.

Ante ustedes asumo el compromiso solemne de honrar con mi conducta y mis actos esta alta distinción y compromiso que ustedes han puesto sobre mis hombros.

I

En estos últimos 42 años, como nunca antes, la República Dominicana ha estado sometida a la TIRANIA DE LOS NEGOCIANTES DE LA POLITICA.

Toda clase de aventureros o piratas u oportunistas o arribistas o narcotraficantes se han aliado o se han hecho políticos profesionales y se han enquistado en el Estado para acumular riquezas a costa del patrimonio público.

En estos 42 años, la inmensa mayoría de los que han ido a las funciones públicas lo que buscan es acumular inmensas fortunas, que luego, con todo descaro, exhiben ante los ojos despabilados del pueblo.

Gobernantes y representantes electos, ministros y jefes militares y policíales, en su mayoría se han enriquecido a costa del patrimonio del Estado: roban, reciben comisiones, sobornos, trafican con influencias, sacan beneficios de los contratos, de las inversiones, de los negocios y de las compras del Estado.

Estos negociantes de la política ya no tienen reparo en legalizar la corrupción asignándose por ley o por reglamento, en dietas, comisiones, horas extras, incentivos, regalías, bonos, entre otros, ingresos que en el caso de los senadores superan los dos millones de pesos mensuales, y en el de varios Secretarios de Estado, supera el millón de pesos mensual.

Esto sucede en el mismo país donde el salario mínimo de los trabajadores es de unos tres mil pesos mensuales, y en el país en donde un maestro/a gana por tanda algo más de 6 mil pesos mensuales.

Estos negociantes de la política han hecho de la nuestra una República trunca y mutilada.

Una República caracterizada por una profunda desigualdad social.

Somos unos de los países del hemisferio occidental con menor inversión en educación y en salud, y en protección de la niñez, de la juventud y de la madre soltera y los discapacitados. Somos uno de los países líderes en mortalidad materna infantil.

Esa inequidad social broto a los ojos de todos por el paso reciente de las tormentas Noel y Olga, irresponsablemente manejadas por las autoridades.

Por primera vez el país de mentira, la modernidad de mentira, el progreso de mentiras del que se vive ufanándose el Dr. Leonel Fernández y su coro de farsantes, dejaron de ocupar las primeras páginas de los periódicos y de las cámaras de televisión.

La tierra parió cadáveres de niños, jóvenes, mujeres y ancianos que corrieron por cañadas y desagües, y desembocaduras de ríos.

Centenares de dominicanos pobres y muy pobres murieron por un evento de la naturaleza cuyas consecuencias en vidas humanas pudieron ser evitadas.

Fuimos testigos de cómo viven y dónde viven los más pobres de nuestra patria; de los niveles de hacinamiento y miseria en que malviven millones de dominicanas y dominicanos, ahí, en nuestras narices, por culpa de once gobiernos de estos negociantes de la política.

La República Trunca también se caracteriza por una democracia excluyente.

Una democracia en que se puede hablar, pero nadie escucha ni responde.

Y para muestra: Dos meses después de las tormentas Noel y Olga, nuestro pueblo aún espera los resultados de la investigación asignada a una comisión oficial y todo indica que seguiremos esperando, porque varios de sus integrantes están más preocupados en los afanes de la reelección que en establecer las responsabilidades y las debidas sanciones.

Decimos que es una democracia excluyente porque en ella los mal llamados representantes y los partidos a los que pertenecen, se hacen los depositarios del poder y se apropian de las instituciones y del patrimonio público y no rinden cuentas.

El nuestro es un sistema político dominado por la corrupción y el clientelismo.

En la República Trunca, cada secretaría de Estado, los organismos autónomos, cada síndico y cada regidor, cada senador, cada diputado, y sobre todo, el Presidente de la República, funcionan como pequeños Estados inconexos, duplicando en paralelo las funciones públicas, cada uno utilizando las necesidades y la pobreza de la gente para promocionarse por medio del asistencialismo.

En la República Trunca el Estado, bajo el influjo de las políticas neoliberales, ha sido desnaturalizado en sus funciones haciendo de él una caricatura.

El nuestro es un Estado carente de instituciones confiables, transparentes y eficientes. Que no fomenta una cultura de respeto a la ley; en que prevalece la impunidad y los privilegios; en que se conjuga un exceso de presidencialismo con un congreso ineficiente e hipertrofiado. El nuestro es un Estado que no asume la promoción del desarrollo nacional; que no garantiza integralmente los derechos sociales y libertades al conjunto de los ciudadanos/as; que no fomenta la cultura propia y los valores patrios de la nación dominicana y que propicia procesos de privatización de sus funciones, del patrimonio público y de nuestros recursos naturales.

En esta Republica trunca que nos han legado los negociantes de la política, se ha producido un proceso sostenido de destrucción del patrimonio natural: Deforestación y desertificación creciente de nuestro territorio; desaparecen ríos o son destruidos por efecto de las granceras ante las que el Estado se muestra doblegado; nuevos piratas se apropian y depredan las reservas ecológicas y desaparecen importantes especies de nuestra flora y fauna y de nuestro entorno marítimo.


----II----

Desde siempre el pueblo dominicano ha aspirado y luchado por un cambio hacia el bienestar y la democracia.

Enfrentó la tiranía del sátrapa Trujillo y nos legó el ejemplo de heroínas y mártires como las Hermanas Mirabal, Mauricio Báez, Enrique Jiménez Moya, entre muchos otros.

Ante el desconocimiento de la Constitución del 1963, y del gobierno que presidió el Profesor Juan Bosch, nuestro pueblo se levantó en armas y combatió la afrenta de la segunda intervención norteamericana y nos lego el ejemplo de Manolo Tavárez Justo, de Francisco Alberto Caamaño y de Rafael Fernández Domínguez.

Y cuando el gobierno autoritario de los 12 años de Joaquín Balaguer, masacraba en las calles a nuestros jóvenes o los encarcelaba o enviaba al exilio, nuestro pueblo se abrazó al verbo encarnado en José Francisco Peña Gómez, por la libertad y por la justicia social y apoyó sin reservas al PRD en las elecciones de 1978.

Y cuando el pueblo resultó traicionado por los gobiernos de ese partido, nuestro pueblo buscó entonces en la prédica, el ejemplo y la verticalidad del profesor Juan Bosch, y en el PLD, un instrumento para hacer el cambio.

Nuestro pueblo, nueva vez ha sido traicionado, esta vez por un presidente que aunque gobierna a nombre del partido de Juan Bosch, ha desdicho de su ejemplo y de su prédica.

Nuestro pueblo y Juan Bosch han sido traicionados por este gobierno que ha preferido convivir con la corrupción y el crimen de cuello blanco y que propicia la impunidad.

Ha sido traicionado por un gobierno personalista y presidencialista en detrimento del respeto a la ley y de la institucionalidad democrática.

Este presidente, que también es candidato, echando por la borda todo principio y todo compromiso, hoy está embarcado en un proyecto reeleccionista, valiéndose para ello del uso descarado de los recursos del Estado.

El presidente Leonel Fernández y el Partido de Gobierno en estos cuatro anos han manejado, sólo en el presupuesto nacional, más de un millón de millones de pesos.

¿Cómo es posible que con tanto dinero este gobierno no haya podido resolver los más elementales problemas en una República de apenas 48 mil kilómetros y con menos de 10 millones de habitantes?



----III---

Este estado de cosas tiene que cambiar y lo vamos a cambiar.

En las últimas elecciones una masa importante de dominicanos/as se ha abstenido o ha votado por el identificado como el menos malo de los candidatos.

Si sabemos que estos negociantes de la política no van a cumplir sus Programas, y si sabemos que nos van a engañar, no hay uno menos malo.

Todos ellos son iguales de malos.

Votar por ellos se convierte en un voto negativo y nos hace cómplices de sus fechorías.

Proponemos el voto positivo, en afirmativo, para construir y producir el cambio.

Con el voto positivo todos ganamos porque significa liberarnos de la tutela de esos políticos que durante 11 gobiernos nos han engañado con mentiras y falsas promesas.

Con el voto positivo hacemos uso conciente de esa cuota de poder que posee cada ciudadano y ciudadana en la democracia.

El voto positivo es la única forma de entre todos y todas construir el cambio.

La opción del cambio hay que ponerla en movimiento. Y para ello debemos ser capaces de juntar la inmensa mayoría de dominicanos y dominicanas que desea que cambie este estado de cosas.

Para construir el cambio tenemos que derrotar el pesimismo y la indiferencia.

Tenemos que convencernos y convencer que el cambio es ahora, que no podemos ni debemos esperar más.

Tenemos que ir casa por casa, juntar a nuestros familiares, amigos y vecinos, y convencerlos de que solo el voto positivo y de compromiso posibilita el cambio.

Un voto positivo y de compromiso para llevar a la dirección del Estado un liderazgo diferente, con autoridad moral, con capacidad, con convicciones democráticas y compromiso social.

Un voto positivo y de compromiso para impulsar el desarrollo nacional; la producción y los productores nacionales; a la micro, pequeña y mediana empresa; que integre y apoye a los dominicanos en el exterior; que desarrolle el campo dominicano y mejore las condiciones de vida del campesinado y del trabajador; que cree fuentes de trabajo para terminar con los altos índices de desempleo.

Un voto positivo y de compromiso para que haya seguridad alimentaria y para disminuir el alto costo de la vida. Y para ello eliminar el ITBIS a todos los productos y servicios de alimentación básicos, a las medicinas y a los útiles escolares; reduciendo de modo significativo los altos impuestos a la producción; disminución del costo de la energía eléctrica y del agua potable; y fijación de un impuesto único a los derivados del petróleo.

Un voto positivo y de compromiso para que no haya más apagones, para que los más pobres, los empleados y los trabajadores, los profesionales y las clases medias tengan derecho a una vivienda digna.

Un voto positivo y de compromiso para que haya hospitales con medicina, equipados y bien servidos y se respete el derecho del pueblo a la salud.

Un voto positivo y de compromiso para que se apliquen políticas publicas de protección a la niñez, a la adolescencia, a la madre soltera, a los envejecientes, a los discapacitados y a los desempleados.

Un voto positivo y de compromiso por un sistema educativo de calidad que elimine el analfabetismo y la deserción escolar, que universalice la educación publica desde los tres años, que pague salarios justos a los maestros y las maestras.

Un voto positivo y de compromiso para asegurar el acceso al agua potable a todas las poblaciones del país, protegiendo nuestro patrimonio natural.

Un voto positivo y de compromiso para enfrentar y aplastar la delincuencia y para llevar los corruptos a la cárcel.

Frente a la delincuencia y frente a la corrupción aplicaremos la política de las dos manos.

Esta será la mano amiga, la mano solidaria, y con ella desarrollaremos amplios planes de prevención del delito común, del narcotráfico, de toda forma de violencia, de la corrupción. A esos fines fomentaremos las oportunidades educativas, técnicas, profesionales, deportivas, artísticas, laborales en nuestros campos y barrios y ciudades para que todos y todas tengan la oportunidad de una vida útil y decente, de trabajo y de dignidad.

Pero donde fracase la mano amiga y solidaria entrará la otra mano.

Esta será la mano firme de la ley.

Con esta mano, buscaremos el castigo ejemplar y sin excepción al delito común, a toda forma de violencia, al narcotráfico, a la corrupción, al crimen de cuello blanco.

El voto positivo y de compromiso es para llevar a la cárcel a los corruptos, a los feminicidas, a los violadores, a los pedófilos, a los que comercian y trafican con personas y órganos.

El voto positivo y de compromiso significa someternos todos, gobernantes y gobernados, a la dictadura de la ley, para ponerle fin a la impunidad y a los privilegios.

El voto positivo y de compromiso significa una profunda reforma del Estado, el fortalecimiento de la institucionalidad, el desarrollo de una cultura de respeto a la ley, la vigencia de un Estado democrático de derechos y libertades, y la aplicación de una moderna ley de servicio civil y carrera administrativa.

El voto positivo y de compromiso es trabajar por una Asamblea Constituyente, electa por voto popular, que defina y dote de legitimidad el marco institucional y legal que sirva de sostén a todo el proceso de cambios y reformas.

Este compromiso que nos hemos impuesto sólo será posible si somos capaces de construir una Nueva Mayoría política que desplace del poder a las cúpulas de negociantes que se han apropiado del Estado en estos últimos 42 años.

Este compromiso sólo es posible si somos capaces de alcanzar la más amplia convergencia de sectores sociales, políticos y ciudadanos.

Solo será posible si los trabajadores del campo y la ciudad, si los campesinos, si los desempleados, si los pobladores de los barrios y las comunidades, si nuestros jóvenes, si nuestras mujeres, si los técnicos y los profesionales, si los intelectuales, si los dominicanos en el exterior, si sectores de las clases medias, si los productores nacionales, dejamos a un lado nuestras diferencias e intereses de grupo y somos capaces de converger y unirnos en una propuesta de país en base a una agenda que identifique los más serios y prioritarios problemas nacionales y su solución.

----IV----

Qué significativo resulta que esta Convención se esté celebrando el día en que se conmemora el natalicio de nuestro Padre Fundador, Juan Pablo Duarte, nacido en un lejano 1813.

Dentro de cinco años estaremos conmemorando el bicentenario de su nacimiento.

Duarte siempre nos reta y nos invita a asumir con firmeza este compromiso por la Patria.

Nunca como ahora es necesario reencontrarnos con Duarte y los Trinitarios y beber en su ejemplo.

Por eso, en este momento decimos:

Duarte nuestro que habitas en todos nosotros

Duarte nuestro, invocamos tu ejemplo para levantar en alto el sueño de Patria que junto a los Trinitarios forjaste.

Duarte nuestro, tu solo nombre nos llena de firmeza para al igual que tú, entregarlo todo a la Patria amada.

Duarte nuestro, que tu ejemplo nos guíe para no caer jamás en la tentación de la corrupción, la mentira y el engaño.

Duarte nuestro, ante ti juramos poner todo nuestro empeño, capacidades y recursos para completar tu obra: Una Republica Dominicana justa, democrática, participativa, solidaria y soberana.

Duarte nuestro, el único galardón que aspiramos es: Ser considerados dignos hijos e hijas tuyas.

Duarte, Duarte, Duarte ejemplo y guía.

¡EL CAMBIO ES AHORA¡

¡VIVA LA REPUBLICA DOMINICANA!

Muchas Gracias.

Santo Domingo, DN

26 de enero de 2008

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